Por SERGIO MONSALVO C.

Página Web

Escucha y/o descarga el Podcast: 


El de Jimi Hendrix es un fenómeno de la cultura rockera que va más allá del lugar común o del recuerdo nostálgico. Su presencia acabó construyendo un tipo específico de artista que impregnó un universo musical a partir de él. Los tres discos de estudio que grabó y publicó como tales mientras vivió: Are You Experienced?, Axis: Bold as Love y Electric Ladyland, se han convertido en clásicos contemporáneos y forman parte de los diez más importantes de la historia del rock.

La triada se constituyó en una sucesiva serie de revoluciones estéticas que incorporaron elementos de diversas músicas —el pop, el jazz, la clásica occidental, el folk (recuperando la esencia dylaniana), y por sobre todas las cosas el blues—; el uso del estudio de grabación como instrumento y la apertura a nuevas formas de percepción como fruto de la experiencia psicodélica.

Durante los breves cuatro años que duró su existencia como superestrella, Hendrix amplió el vocabulario de la guitarra eléctrica en la escena del rock más que ningún otro antes o después de él. Fue un maestro en sacarle a su instrumento todo tipo de sonidos imprevistos, con frecuencia a través de experimentos innovadores de amplificación que producían un feedback astral y distorsiones estruendosas.

Sus estallidos frecuentes de ruido, como huracanes, y sus espectaculares presentaciones –tocaba con la guitarra en la espalda y con los dientes, o bien le prendía fuego— distrajeron en mucho sobre sus otros dones como compositor, cantante y maestro de un amplio abanico de estilos propios en la música negra y el rock de vanguardia.

Cuando Hendrix se convirtió en un éxito internacional en 1967, parecía caído de otro planeta. Lo que a primera vista llamó la atención de la mayoría de las personas fue su virtuosismo en la guitarra, con la que además empleaba un enorme repertorio de aparatos, desde pedales wah-wah, solos llenos del zumbido del feedback, violentos riffs distorsionados y fluidas escalas relámpago a lo largo de todo el alcance del instrumento.

Sin embargo, Hendrix también resultó un buen compositor y escritor que supo fundir la imaginería cósmica con unos ganchos líricos que mostraban un conocimiento sorprendente de cómo funcionaba el rock en su esencia.  Asimismo, manifestó su verdadera sustancia como sobresaliente intérprete del blues en el que se mostró como un cantante apasionado y fascinante.

Para el asombro de cualquiera, Hendrix sólo grabó aquellos tres álbumes de estudio plenamente concebidos como tales en toda su vida. Con ellos el guitarrista se convirtió en pionero del uso del estudio mismo como instrumento de grabación; manipuló los recursos electrónicos e inventó técnicas de overdub (con la ayuda del ingeniero Eddie Kramer, en particular) para explorar territorios sónicos ignotos. Los álbumes resultaron únicos y referenciales por todo ello, además de por sus impresionantes pasajes instrumentales.

Los últimos dos años de la vida de Jimi fueron turbulentos desde los puntos de vista musical, financiero y personal (sexo, drogas y poco rock and roll). Las complicadas disputas con su ex mánager y compañías disqueras en las que se vio embrollado (algunas a causa de contratos que firmó sin el asesoramiento adecuado y antes de irse a Inglaterra), les darían trabajo a sus abogados por años.

Desintegró la banda The Jimi Hendrix Experience en 1969. La sección rítmica de Mitchell y Redding pasaron a ser historia y formó Band of Gypsies con el baterista Buddy Miles y el bajista Billy Cox, a fin de buscar un sonido más funky-jazz, con mucha improvisación.

Hendrix grabó una cantidad enorme de material de estudio inédito durante su vida. Gran parte de éste (así como todos sus conciertos en vivo) se han editado de manera póstuma; varios de los conciertos son excelentes (Monterey, Woodstock, Atlanta y el de la Isla de Wight), pero las grabaciones de estudio se convirtieron en foco de grandes controversias por casi 30 años. Inicialmente salieron como pedacería al azar (la primera, The Cry of Love, de 1970, fue la más destacada).

A mediados de los años setenta el productor Alan Douglas se hizo cargo de estos proyectos y de manera póstuma agregó a muchas de las cintas dejadas por  Hendrix partes adicionales realizadas por músicos de estudio. A los ojos de muchos fanáticos, e incluso de la historia misma, fue un sacrilegio que destruyó la integridad de la obra de un músico que, según se tenía entendido, ejercía un cuidado meticuloso sobre la producción final de sus grabaciones de estudio. A pesar de la polémica, todavía en 1995, Douglas puso al exbaterista de Knack, Bruce Gary, a grabar nuevas partes para la malograda compilación Voodoo Soup.

La eterna historia de los pleitos legales en torno al legado musical de Jimi Hendrix después de todo encontró un final promisorio: la familia de Jimi ganó el juicio y dispuso de manera única de los derechos de la música producida por el guitarrista, incluyendo todas sus grabaciones inéditas. Los herederos de Hendrix (Al, su padre, y Janie, su media hermana) firmaron un contrato con la Universal Music (a través de la Hendrix Family Foundation), y el ex ingeniero de sonido de Jimi, Eddie Kramer, se puso a trabajar en la remasterización de las cintas originales. Se supone que con ello se ha ejercido un mayor cuidado al presentar el legado del  magnífico zurdo.

A partir del mes de abril de 1994 volvieron a aparecer entonces en el mercado mundial Are You Experienced?, Axis: Bold As Love, Electric Ladyland y Band of Gypsies, con las fundas originales y algunos bonus tracks. Además se anunció un  álbum con el título de First Rays of the New Rising Sun, que saldría bajo el sello Experience Hendrix/MCA. Dicho álbum contendría parte del material en el que Jimi trabajaba antes de morir: tomado de los póstumos Cry of Love, Rainbow Bridge y War Heroes, en donde se hizo acompañar por Billy Cox en el bajo y Mitch Mitchell en la batería. Las canciones de esas sesiones fueron remasterizadas y editadas y Universal Records las sacó por primera vez como álbum completo.

¿Qué han podido oír los fans de Jimi en esos “nuevos” discos, a partir de entonces? Los lanzamientos del 2010: Valleys of Neptune y People, Hell and Angels y el más reciente Both Sides of The Sky (2018). En cuanto al sonido, lo mejor hasta la fecha: la sonoridad Hendrix se escucha más transparente y natural en esta trilogía.

Baste oír el tema “Hear My Train A Comin’”, del último lanzamiento para darse cuenta inmediatamente de ello. Éste incluye al baterista Mitch Mitchell y al bajista Noel Redding de la Jimi Hendrix Experience. Tal composición original de blues era un clásico de los conciertos de Hendrix. La grabación inédita de abril de 1969 capta la fuerza y la tensión dinámica que hicieron de esta canción un tema memorable.

El resto del material es ambivalente y con alguna sorpresa. Por lo que se puede decir que tal nuevo lanzamiento resulta poco extraordinario en tal sentido. No obstante posee, eso sí, el valor documental del material inédito, que incluye algunas colaboraciones con otros gigantes de la época: Johnny Winter, Stephen Stills y Lonnie Youngblood,  así como su más importante aportación: el contexto.

Es una colección de tomas alternativas y temas nunca antes editados de cuando el guitarrista estaba obsesionado con el uso del estudio de grabación entre 1968 y 1970. Y permite entrever el momento en que se encontraba su desarrollo artístico justo antes de morir (entre la desintegración de la Experience, el Festival de Woodstock y el advenimiento de Band of Gypsies.

Por lo visto, seguiremos teniendo “nuevos” Hendrix de manera regular y, desde que su familia se hizo dueña de los derechos de su música, también muchos coleccionistas han ofrecido cintas piratas hasta ahora desconocidas, y ellos —los herederos— se la pasan evaluando qué se puede hacer con el material para seguir explotando su legado, al parecer, de inacabable veta.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.