653. Patti Smith (X) Banga

Por Sergio Monsalvo C.

Luego de unos años llegó Banga (2012). Esta entrega fue la primera colección de material original de Patti Smith desde Trampin’ del 2004. El álbum fue grabado en Electric Lady Studios en la ciudad de Nueva York y fue producido por Patti Smith y todo el grupo: Tony Shanahan, Jay Dee Daugherty y su antiguo colaborador Lenny Kaye. Entre los invitados a la grabación se incluyó a Tom Verlaine, Jack Petruzzelli, y Jackson y Jesse Paris, los hijos de Patti.

Las letras poéticas de Banga son un reflejo de nuestro complejo mundo, un mundo plagado de caos y belleza, y están inspiradas en los sueños y observaciones de la artista, siempre elogiada por su habilidad para contar historias. Con ellas Smith creó un álbum que captura una amplia gama de experiencias humanas.

En todas las canciones que componen el álbum existe un espíritu explorador, y entre ellas hay una obertura melódica que imagina el viaje de Amerigo Vespucci al Nuevo Mundo en 1497 («Amerigo»); una pieza de rock dedicado a la gente de Japón tras un reciente y terrible terremoto («Fuji-san»); así como una balada clásica en memoria de Amy Winehouse («This Is The Girl»).

Sin embargo, entre todo ese florilegio, destaca una meditación improvisada sobre el arte y la naturaleza («Constantine’s Dream»), «En la canción hay muchas preguntas. Cuestiona el papel de los artistas en nuestra sociedad. Las preguntas están ahí, y no son preguntas con respuesta», explico Patti.

Banga apareció en CD, LP y como libro de tapa dura en una edición especial que incluye 64 páginas con imágenes originales, letras completas y notas de la artista, además de una canción exclusiva, «Just Kids».

Smith explicó el título del álbum: «Para aquellos que tengan curiosidad, pueden encontrar lo que es Banga si leen The Master and Margarita de Bulgalov. En ese libro, “Banga” es el perro de Poncio Piato, con el cual  podía quejarse libremente de los dolores intensos de cabeza que lo aquejaban. Otras canciones del álbum también se inspiraron en la literatura, particularmente «April Fool» en Nikolai Gogol.

«Hay una cierta inocencia al grabar tus primeras cosas que no puedes recuperar con el paso del tiempo –dijo la cantante y compositora–, pero grabamos este álbum en el mismo estudio, en el estudio Electric Lady de Jimi Hendrix, con el mismo personal, el mismo sentido de idealismo e incluso, por coincidencia, el disco sale en el aniversario de cuando grabamos mi álbum debut Horses en 1974. Este tipo de cosas, siempre las tomo como buenas señales”.

Ese fue el último álbum de estudio hasta el momento. Han pasado 10 años desde ello y Patti Smith los ha dedicado a hacer giras internacionales, a realizar presentaciones de su obra gráfica en galerías y museos, a hacer documentales, incluso fue a Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura en nombre de Bob Dylan, quien se lo pidió. En el ínterin también ha entrado en el Salón de la Fama del Rock, y ha recibido gran cantidad de reconocimientos y premios por su labor artística y como activista por la paz, la naturaleza y los derechos humanos. Igual que a Dylan, a Patti le duele el mundo.

Las enciclopedias así la citan: “Por su extensa carrera, se ha convertido en un icono del rock y de diversos movimientos sociales y es habitualmente reconocida como una influencia para otros músicos. En diciembre de 2010, la revista Rolling Stone la situó en el puesto 47 de la lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos.

En 2005, fue nombrada Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras en Francia (Evocando precisamente a Rimbaud, el ministro francés dijo: «Usted tiene el espíritu rebelde del poeta que mejor encarna la sublevación, en su obra y su vida»).

En 2007 obtuvo el Premio de Música Polar, concedido anualmente por la Real Academia Sueca de Música y en 2019 recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes otorgada por el Gobierno de España. Además de su faceta como cantante, Smith ha escrito más de veinte libros de poemas, canciones y narrativa. En 2010, ganó el Premio National Book Award por sus memorias Just Kids”.

El éxito de las presentaciones desde Gone Again reforzó su decisión de volver al estudio y a los escenarios. Durante los conciertos, desde entonces, suele interpretar poemas y canciones inspirados por sus seres queridos desaparecidos. Patti volvió. Sus interpretaciones son igual de explosivas y apasionadas que al comienzo.

Al mismo tiempo desarma con su forma de ser completamente ella misma. Un talento como el suyo no tiene necesidad de poses. No juega con el público ni necesita de un cinismo barato. Patti es Patti, tómala o déjala. «Es extraño –ha indicado–, pero ese tipo de naturalidad deriva o de la inocencia o de la experiencia».

Sus gestos apasionados no expresan más que fuerza. Si la personalidad artística setentera de Patti Smith destacaba por su furia bruta, en los de las décadas del siglo XXI que van, sus presentaciones son igualmente poderosas con sus serenas reflexiones sobre las cosas que nos afectan. «Lo que más me gusta de dar conciertos a estas alturas de la vida ??ha afirmado– es estar en un sitio con la gente, pero como un punto de encuentro en lugar de una arena para estrellas de rock. Me gusta tener la oportunidad de dar y recibir. De comunicarme.

«Hoy, mi esperanza para el futuro de la humanidad se basa en dos conceptos: el primero es la unidad y el segundo es que siempre vuelvan a aparecer individuos que nos inspiren y guíen».

En su canto y textos hay grandeza (ésa que la ha acompañado desde sus tempranos tiempos) y confirmaciones. La grandeza de la inspiración, el estudio y el trabajo; la confirmación de constatar, una y otra vez, que el tiempo no cuenta para ella porque sigue siendo tan poeta y cantante contemporánea como siempre (como quería su amado Rimbaud) y que el rock fue, es y será eternamente su religión.

Y así sigue en el camino esta rockera, esta poeta, que ha sabido enlazar ambas cosas como forma de vida y de ser y estar en el mundo. La Primera Dama del rock y la poeta insuperada del género hasta la fecha. Ella acude a las fuentes de la cultura para arropar su talento. Para insuflarle a la poesía el poder salvador del rock y amplificarla.

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