KLIMT 1918

PINTURAS, CANTERAS Y SONIDOS

POR SERGIO MONSALVO

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Gustav Klimt también dibujó paisajes y bosques misteriosos e inescrutables que transmiten de algún modo la importancia que la naturaleza tenía para él. Más allá de la pintura, y siguiendo la filosofía estética de la Secesión vienesa que él mismo lideraba, el artista se adentró en la arquitectura y el diseño para conseguir el ideal del Gesammtkunstwerk, esto es, la síntesis de todas las artes. Una corriente que aspiraba a regenerar el arte en profundidad.

Celebrado y repudiado por igual, Klimt con sus posturas abrió la vía a la pintura moderna. Los tonos dorados y los motivos decorativos de sus obras, permanecerán como un símbolo de tal revolución artística.

Asimismo, este pintor siempre se sintió seducido, a lo largo de su carrera, por un tema que concentró gran parte de su talento artístico: la mujer y su feminidad. En su obra se pueden contemplar dibujos y pinturas que hizo de mujeres desnudas y semidesnudas, a menudo en posiciones eróticas en lo que escenifica una aproximación a su sexualidad. Cuando el artista vienés expuso todo ello por primera vez, en 1910, recibió denuncias al ser tildado de «pornógrafo», lo que le llevó a la decisión de no exponer públicamente.

Les Baux-de-Provence

Actualmente, como parte de las celebraciones por el centenario del fin del siglo vienés, se reúnen ambas cosas en una exposición-espectáculo en la Costa Azul de Francia. Klimt y Viena, un siglo de oro y de colores es un espectáculo multimedia inédito que ilumina un recinto excepcional: las Canteras de Luces en Les Baux-de-Provence

Realizado por Gianfranco Iannuzzi, Renato Gatto y Massimiliano Siccardi, esta presentación está constituida por miles de imágenes de obras de arte digitalizadas, proyectadas sobre todas las superficies de esas antiguas canteras (hasta 14 metros de altura) dentro de una cueva y puestas en movimiento siguiendo el ritmo de la música.

Un dispositivo con tecnología de vanguardia que controla un centenar de proyectores, utilizando fibra óptica para una resolución máxima y un sonido espacial que se integra perfectamente en tales cuevas, para hacer que el espectador experimente una inmersión completa. Invitado a vivir una experiencia única, el visitante puede dejarse transportar para descubrir el universo pictórico de Gustav Klimt y de aquellos a quienes inspiró.

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El espectáculo en las Canteras de Luces propone una mirada original sobre Klimt y sus sucesores a través de la puesta en escena de sus retratos, paisajes, desnudos, colores y dorados que revolucionaron la pintura vienesa a partir de finales del siglo XIX y durante el siguiente siglo.

El pueblo medieval de Les Baux-de-Provence se levanta a mitad de la carretera entre Aviñón y Marsella. En lo alto de sus colinas, vigilando las canteras abandonadas y con la mirada puesta en el mar Mediterráneo, esta ciudad medieval es uno de los sitios más conocidos de la provincia francesa.

Es un lugar con un entorno escarpado y abrupto, al que se llega por una corta pero dura subida a través de los pinares y cuestas calcáreas. La piedra sobre la que está fundamentada fue explotada hasta el siglo pasado y ahí el geólogo Pierre Berthier descubrió el mineral que nombró bauxita en honor al lugar de su descubrimiento en 1821.

En un lugar con historia, con su importante fortaleza medieval de la que quedan numerosos vestigios como el castillo ducal y las murallas y torres defensivas. Y también un lugar con cultura, debido a las referencias artísticas que les Baux de Provenza  ha provocado en literatos, músicos y otros artistas.

Los poetas y novelistas provenzales del siglo XIX, investidos por el romanticismo cantaron odas al pasado medieval. Así les Baux aparece en la obra de Mistral, de Daudet, Pagnol. Hoy son las galerías, que se abren en sus cuevas y planchas rocosas con exposiciones de arte, las que han tomado el relevo de aquellos literatos.

Mientras que la obra del pintor vienés sigue admirando lo mismo en museos, que galerías o cuevas e influyendo tanto en las artes plásticas como en la literatura y la música. En esta última disciplina su estética ha jugado un papel importante en la fundación y carrera del grupo Klimt 1918, cuyos sonidos serían el soundtrack perfecto para tal exposición en las cuevas francesas.

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Klimt 1918 es una banda italiana de indie rock, por decir algo, originaria de Roma, que en sus inicios practicaba el goth metal. Fue fundada en el último año del siglo XX por los hermanos Marco y Paolo Soellner tras la desaparición de su otro grupo llamado Another Day, practicante del death metal. Completaron la formación el bajista Davide Pesola y el guitarrista Francesco Tumbarello. En la nueva etapa grupos como The Cure, Bauhaus y Joy Division influyeron en las composiciones de Marco (guitarra y voz), el encargado de ello.

Pronto lanzaron su primer demo llamado Secession Makes Post-Modern Music, el cual fue grabado con el baterista Giuseppe Orlando, amigo de ellos y miembro del conocido grupo Novembre (a la postre Paolo tomaría las baquetas definitivamente).

La grabación tuvo un gran eco y llamó la atención de la discográfica My Kingdom Music, con la que lanzaron su siguiente trabajo, Undressed Momento, que vio la luz en 2003. Durante la grabación el guitarrista Francesco Tumbarello dejó al grupo y fue reemplazado por Alessandro Pace.

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El disco Undressed Momento marco un cambio en el sonido de Klimt 1918, se transformó en algo más melódico y emotivo, dejando a un lado buena parte de sus características metaleras. Un año más tarde firmaron un nuevo contrato con la discográfica alemana Prophecy Productions y comenzaron a trabajar en un nuevo álbum.

Dopoguerra salió al mercado en el 2005 y mostraba otros rumbos. Es un álbum ambientado en la postguerra de la Segunda Guerra Mundial, con un continuo sonido melancólico y tristón que no resta fuerza al resultado final. Sorprende sobre todo el toque que tienen de U2 (sobre todo en “They were wed by the sea”), pero sin caer en la imitación.

Las guitarras hilan fino unas melodías que se graban a fuego desde la primera escucha sobre una muy buena base rítmica, destacando la labor del baterista, hábil y preciso, que crea líneas tan definidas como efectivas.

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Al año siguiente, después de la gira que realizaron por Europa, el guitarrista Pace dejó la banda y fue sustituido por Francesco Conte. El producto de este cambio fue Just In Case We’ll Never Meet Again (Soundtrack For The Cassette Generation, del 2008), donde los riffs son menos protagónicos y la batería reduce en varios puntos su fuerte contundencia, para elaborar temas más melódicos y profundizar en letras de calado profundo.

Con esos álbumes publicados hasta la fecha, especialmente tras Dopoguerra y Just In Case…, los italianos de Klimt 1918 han demostrado ser un grupo sin fines acomodaticios, al reducir drásticamente sus posibilidades de llegar al público masivo con la mezcla conceptos musicales poco populares, como la dureza sonora y las texturas ambientales del post-rock.

Klimt1918 forma parte de una hornada de grupos que, desde hace un tiempo, se mueven por una corriente más o menos apartada del metal pero siempre bajo su sombra. Con un estilo musical más suave e intimista, a veces depresivo si cabe el término.

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La propuesta de los hermanos Soellner ha provocado que, por resultar difíciles de encajar en un solo estilo (nu metal melódico, indie rock alternativo, dark rock retro, glam ochentero con tintes de hard rock), hayan sido marginados tanto por los amantes del rock alternativo, como por los del metal. Lamentable, porque la música que despliega este cuarteto merece más reconocimiento, ya que abreva de fuentes muy dispares y, sin embargo, no puede ser comparada con ninguna de ellas.

Sin embargo, en un término medio se le podría definir como “un incómodo rock emocional”. Esta poliédrica banda italiana ha sabido fundir en una propuesta extraña sus diversas influencias (Anathema, Opeth, Katatonia, Novembre, etcétera, y la ola británica de los años ochenta: Depeche Mode, The Cure, U2, Duran Duran). Lo curioso es que no suenan a nada de eso.

El propio Klimt (fallecido en 1918), actualmente homenajeado en cuevas prehistóricas, estaría satisfecho con este sonido representativo que lo ha tomado a él como estandarte.

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