Esa ha sido la ruta musical del cielo al infierno o viceversa, tanto para intérpretes como para su auditorio durante el último medio siglo.
Esa ha sido la ruta musical del cielo al infierno o viceversa, tanto para intérpretes como para su auditorio durante el último medio siglo.
Las baladas reflexivas de Paul Simon se convirtieron a partir de los años sesenta en marca de la casa, ofreciendo además un sonido prístino.
La cultura del rock ha conectado con los (narradores y poetas) que se la han pasado resolviendo la vida sus misterios (la muerte y/o el mal).