La ruptura de lo habitual, del dominio sobre la realidad práctica, como lo hace el cine, es la condición para el nacimiento de lo poético.




La ruptura de lo habitual, del dominio sobre la realidad práctica, como lo hace el cine, es la condición para el nacimiento de lo poético.
Con el rock and roll, la jukebox tuvo su pináculo, pues esa «música selvática» fue vetada, al inicio, por casi todas las emisoras de radio.
Rammstein: grupo de dureza ensordecedora, marcial y goyesca –con ríspida visión infernal ad hoc–, y fuego, mucho fuego, su símbolo y razón.
Un grupo humano en busca de su razón de ser dejó patente el compromiso social y artístico de una galardonada autora llamada Toni Morrison.
Cada canción importante es poliédrica y cuenta con infinidad de historias en su haber, como “Susie Q”. De eso trata el canon de un género.
Rod Stewart reconoció y aprovechó su lugar en el mercado, al ubicar su estilo entre la balada sentimental y un dinámico rhythm and blues.
Los intérpretes del blues eléctrico de Chicago establecieron, en la armónica, la norma por la que se juzga a sus semejantes desde entonces.
Ironía, humorismo y sátira. Las tres fueron posturas clave en la obra de Julio Torri, uno de los escritores mexicanos más finos y delicados.
Las andanzas de los Freak Brothers se han traducido a 25 idiomas. Su lectura, eco del underground, los ha lanzado a niveles internacionales.
La reincorporación de The Black Keys al mundo discográfico y escénico hace que la esperanza del viaje a la semilla del rock brote de nuevo.