NAVIDAD

DISCOS CLÁSICOS /IV

POR SERGIO MONSALVO C.

 

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THE MANHATTAN TRANSFER

THE CHRISTMAS ALBUM

COLUMBIA RECORDS

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El cantante Tim Hauser volvió a formar al grupo vocal The Manhattan Transfer (tras el fracaso de una efímera primera existencia) con Alan Paul, el cual por ese entonces era parte del reparto original de la obra Grease representada en Broadway, y con Laurel Massé y Janis Siegel, que habían grabado en los sesenta con el grupo vocal femenino The Young Generation. Siegel para esas fechas era miembro de Laurel Canyon.

Luego de cantar por algún tiempo en varios centros nocturnos de Greenwich Village, el cuarteto, por mediación del manager Aaron Russo, fue contratado por la compañía Atlantic. Ahmet Ertegun coprodujo su primer álbum, Manhattan Transfer, en 1975, junto con Hauser. El disco dio dos hits, «Operator» y «Tuxedo Junction», una pieza original de Glenn Miller.

En el resto del material había también interpretaciones rescatables que los dieron a conocer rápidamente. Producto de ello resultó un programa de televisión en la CBS y giras internacionales.

Richard Perry se encargó de la producción de Coming Out de 1976, L.P. que incluyó «Chanson d’Amour», composición de Wayne Shanklin, les dio un éxito supremo en todo el mundo.

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Después de sacar un disco con el atinado título de Pastiche en 1978, Laurel decidió continuar su carrera como solista y fue reemplazada por Cheryl Bentyne. El álbum Extensions de 1979 marcó entonces un cambio de énfasis para el grupo. Mismo que han mantenido hasta la fecha.

La evolución de su vocalización hacia un enfoque más contemporáneo y menos nostálgico, con énfasis en las inclinaciones jazzísticas del grupo, les valió recibir premios y reconocimientos internacionales, cosa que no han dejado de hacer.

El suyo ha sido un triunfo artístico con material complejo que invariablemente pone a prueba la capacidad interpretativa del cuarteto.

Al involucrarse con un disco navideño Tim Hauser y compañía logran con ello una presentación excelente. El swing relajado de sus interpretaciones le proporciona al álbum un sonido que posee una atractiva cualidad compacta.

Con su Christmas Album, Manhattan Transfer dio un salto a su vez del repertorio del jazz, que había venido practicando, a canciones que se desarrollan en el mundo del pop, la capella y el rhythm and blues para que le otorguen un brillo especial a las piezas tradicionales.

La intención del disco es, evidentemente, llevar dichos y conocidos temas («Let it Snow, Let it Snow, Let it Snow!», «The Christmas Song», «Santa Claus is Coming to Town», “Have Yourself a Merry Little Christmas”, entre otros) a un nivel más alto de vocalización.

Lo consiguen mediante el superior estilo que practican, el denominado close harmony. La novedad en esta ocasión es que aparece el cuarteto sólo sin invitados (una práctica recurrente en su discografía).

La docena de piezas que presentan aparecen revisadas y lubricadas, y sus interpretaciones son lo bastante sugerentes para infundirles una cautivadora y nueva vida.

Con más de cuarenta años de actividad en sus alforjas, los neoyorquinos de Manhattan Transfer continúan fascinando a sus fans en todo el mundo.

Su actividad no se ha visto mermada con los años, y siguen efectuando giras por todo el mundo, demostrando su capacidad de comunicación, su habilidad para entretener y todo bajo el manto de su inconfundible estilo. The Christmas Album es un bello trabajo.

 

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JAMES BROWN

FUNKY CHRISTMAS

SPECTRUM

Una de las figuras más destacadas y controvertidas de la música popular fue James Brown (3/5/1928-25/12/06). Este artista, quien se proclamó con diversos sobrenombres a lo largo de su carrera: “America’s Soulbrother Nr. 1”, “The Creator”, “The Godfather of Soul”, “Mr. Dynamite” y “The Minister of the New New Superfunk”, fue la encarnación negra del gran sueño estadounidense.

El músico originario de Barnwell, Carolina del Norte, mutó de paupérrimo lavador de coches, a dueño de estaciones de radio y de televisión, muchos bienes inmuebles, una serie de restaurantes de soul food (comida afroamericana), una compañía de producción y una editorial de música, entre otros haberes.

James Brown se mantuvo activo en la música desde principios de los años cincuenta hasta su muerte, ya entrado el siglo XXI. Durante todo ese lapso de tiempo grabó en diversos sellos discográficos, con y sin permiso, con y sin orden, medio centenar de discos, entre los cuales los de sus actuaciones en vivo son un auténtico tesoro.

Durante la segunda mitad de los sesenta, un inquieto periodo en el sentido tanto político y social como musical, Brown se metió en problemas con los militantes radicales de la causa negra (The Black Panthers) al grabar canciones complacientes como «America Is My Home» lo mismo que himnos del movimiento como «Say It Loud, I’m Black and I’m Proud», por ser contrarias entre sí. Una cuestión incomprensible para dichos centinelas del Poder Negro.

Sin embargo, a la postre recompuso sus relaciones con dichas bases a base de diálogo y templanza y tras ello se convirtió en una fuerza impulsora en la lucha por la igualdad de derechos para la población negra de los Estados Unidos.

En 1971 Brown fue contratado por la compañía discográfica Polydor y grabó discos con su grupo permanente: The JB’s, una banda que era una garantía de acompañamiento sólido y de ritmos hipnotizadores, y un gran respaldo para sus dinámicas presentaciones.

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En medio de aquella batahola de cambios sociales y música, este hito se dio tiempo para grabar temas navideños en donde su street-funk continuó el contacto con los valores de tal actualidad, como lo demuestran claramente los temas “Go Power At Christmas Time”, “Santa Claus Go Straight To The Ghetto”, “Soulful Christmas” o sus diferentes versiones de “The Christmas Song”.

La superestrella que era James Brown en aquellos tiempos quiso aprovechar la cresta que significaba el nicho decembrino para mantener el pulso de los tiempos, sin escatimar el poder del estilo que representaba: el emergente funk con su energía y ritmo desbordante.

En la compilación de 17 piezas que componen su disco navideño, incluyó una serie de temas que había cantado entre 1966 y 1970 en diversos singles, que eran de su particular preferencia.

Y aunque en el papel pareciera un oxímoron la relación entre “la paz” de la temporada y el fuerte encuentro social que se daba en las calles, el material presentado por él funciona como era su pretensión: celebrar, sí, pero reflexionando sobre el entorno al mismo tiempo… ¡Felices Fiestas!

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