Miles Davis volvió a París y en una sola noche grabó una obra maestra, el inquietante soundtrack para la película Ascensor para el cadalso.















Miles Davis volvió a París y en una sola noche grabó una obra maestra, el inquietante soundtrack para la película Ascensor para el cadalso.
Con la obra de Guru de hecho se avanzó sobremanera en la tarea de unir mundos sonoros semejantes: la vanguardia del hip hop con la del jazz.
«T.S.H.» fue el primer poema trasmitido radiofónicamente en México. De esta manera estridentismo y tecnología estarían ligados para siempre.
Django Reinhardt sigue inspirando a un sinnúmero de instrumentistas, gitanos o no, que esgrimen alto su profunda influencia y estilo único.
Tindersticks es un sofisticado aparato musical, flor del bosque de Nottingham, que marca en el alma el dolor de cada palabra pronunciada.
El sax, le advirtieron, tiene poder lúbrico: por sus curvas, por la forma de tocarlo, por su lenguaje imperioso o insinuante. Se enamoró.
En Los Puentes de Madison, Clint Eastwood mostró sus hechuras como actor, como director y un oído ejemplar para musicalizar el romance.
El estilo de Piet Mondrian se manifestó en su concepto del color, que sustituyó al negro y creó un vibrante mosaico de diminutas geometrías.
Hace un siglo, sin que importara su origen, el jazz ya era un arte y una consumada creación de los músicos negros que impregnaba la cultura.
Parece un augur gitano, pero la calidad, o falta de ella, de la música que se escucha durante la época navideña repercute en nuestro entorno